¿Cuántas veces nos ha pasado que preparamos un caldo, está riquísimo, pero… tiene mucha grasa?

Esta técnica nos sirve para cualquier caldo que preparemos, es muy simple, solo necesita tiempo.

Tenemos nuestro caldo con toda la grasa, la vemos, pero no podemos quitarla.

Lo envasamos y lo llevamos a la nevera unas cuantas horas para enfriarlo, mejor toda la noche.

Lo sacamos y con una cuchara quitamos toda la grasa que se ha cuajado en la superficie.

Ya tenemos un delicioso caldo sin grasa, listo para ser utilizado en cualquiera de nuestras preparaciones.